INGREDIENTES QUE HARÁN DE TU COPA UN ESPECTÁCULO VISUAL

Quiero un Gin Tonic, pero… ¿tienes esa ginebra rosa?”. Esta frase se ha convertido en una petición recurrente en bares, pubs, coctelerías y discotecas de toda España. La última vuelta de tuerca que ha dado la fiebre del Gin Tonic viene pintada de color de rosa. A la gente le ha dado por las ginebras de este estilo. Y los destiladores, hábiles como siempre para explotar el marketing, no han dudado en lanzarse a crear nuevas gamas de ginebras coloreadas.

Pero no nos engañemos. En la mayoría de los casos se trata de la misma ginebra convencional con un añadido de colorante alimentario y aroma artificial. ¿Por qué entonces gustan tanto entre el público los Gin Tonics rosas? La primera hipótesis nos lleva al sabor. Son dulces. Muy dulces. Tanto que algunas parecen un sirope con una cierta graduación alcohólica antes que una ginebra. Es normal, teniendo en cuenta que en muchas de estas ginebras el secreto está en la enorme cantidad de azúcar añadido que contienen. Para los paladares menos acostumbrados al amargo del enebro, lo dulce funciona.

Segunda hipótesis: el color. El Gin Tonic es un trago tradicionalmente transparente. Ginebra blanca, tónica, cítricos y hielo. Que, de repente, entre en escena un color tan llamativo como el rosa genera un efecto de atracción evidente. Y, claro, llega el “si copa veo, copa quiero”. Al igual que sucede con la comida, los cócteles también se beben por los ojos. El aspecto visual activa el apetito.

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