LA TEMPERATURA DEL VINO: UN FACTOR IMPRENSCINDIBLE

[vc_row css_animation=»» row_type=»row» use_row_as_full_screen_section=»no» type=»grid» angled_section=»no» text_align=»left» background_image_as_pattern=»without_pattern» css=».vc_custom_1463146108811{padding-bottom: 20px !important;}»][vc_column offset=»vc_col-lg-offset-1 vc_col-lg-10 vc_col-md-offset-1 vc_col-md-10″][vc_column_text]

¿Es lo mismo tomar un vino frío que caliente? ¿Hay que tomar todos los tipos de vino a la misma temperatura? ¿Es simplemente una cuestión de gustos? Hoy, en Barman Academy, vemos la importancia de la temperatura a la hora de consumir el vino, y además, diferenciamos cada tipo de vino con su temperatura idónea.

[/vc_column_text][vc_separator type=»transparent»][vc_separator type=»transparent»][vc_column_text]

Lo cierto es que la temperatura a la que se debe tomar un vino no es ningún capricho, si no un factor muy importante para sacar el mejor partido al vino y disfrutar al máximo de sus propiedades y características.

[/vc_column_text][vc_separator type=»transparent»][vc_separator type=»transparent»][vc_column_text]

Es cierto que dependiendo del lugar, el momento, y sobre todo, del clima, en ocasiones nos apetece algo más fresquito para combatir el calor, o algo no muy frío para entrar en temperatura. Sin embargo, debes de saber algo muy importante: el vino no es como el agua. Mientras que el agua mantiene sus características, cada vino tiene unas cualidades que sólo se podrán apreciar adecuadamente si se consumen a la temperatura ideal.

[/vc_column_text][vc_separator type=»transparent»][vc_separator type=»transparent»][vc_column_text]

Si se toma el vino demasiado frío, por ejemplo entre 2 °C y 4 ºC, apenas se podrán percibir sus sabores ácidos y aromas. En caso contrario, si está demasiado caliente, a más de 20 ºC, se percibirán demasiado los alcoholes y se acentuarán los sabores dulces.

[/vc_column_text][vc_separator type=»transparent»][vc_separator type=»transparent»][vc_separator type=»transparent»][vc_separator type=»transparent»][/vc_column][/vc_row][vc_row css_animation=»» row_type=»row» use_row_as_full_screen_section=»no» type=»grid» angled_section=»no» text_align=»left» background_image_as_pattern=»without_pattern» css=».vc_custom_1463146163185{padding-top: 50px !important;padding-bottom: 44px !important;}»][vc_column width=»1/3″][vc_single_image image=»1440″ img_size=»full» qode_css_animation=»»][vc_separator type=»transparent» thickness=»0″ up=»0″ down=»30″][/vc_column][vc_column width=»1/3″][vc_single_image image=»1438″ img_size=»full» qode_css_animation=»»][vc_separator type=»transparent» thickness=»0″ up=»0″ down=»30″][/vc_column][vc_column width=»1/3″][vc_single_image image=»1439″ img_size=»full» qode_css_animation=»»][vc_separator type=»transparent» thickness=»0″ up=»0″ down=»30″][/vc_column][/vc_row][vc_row css_animation=»» row_type=»row» use_row_as_full_screen_section=»no» type=»grid» angled_section=»no» text_align=»left» background_image_as_pattern=»without_pattern» css=».vc_custom_1463146108811{padding-bottom: 20px !important;}»][vc_column offset=»vc_col-lg-offset-1 vc_col-lg-10 vc_col-md-offset-1 vc_col-md-10″][vc_separator type=»transparent»][vc_separator type=»transparent»][vc_separator type=»transparent»][vc_column_text]

A parte de la general importancia de esto en el vino, cada tipo de vino tiene sus peculiaridades, que hacen que varíe la temperatura perfecta en cada caso.

[/vc_column_text][vc_separator type=»transparent»][vc_separator type=»transparent»][vc_column_text]

Por un lado, los vinos espumosos, tales como el champán, el cava o el vino de aguja, son los que se deben consumir a una temperatura más baja: 7 ºC. El vino blanco dulce, como un Pedro Ximénez o un moscatel, se deben consumir a 8 ºC.

[/vc_column_text][vc_separator type=»transparent»][vc_column_text]

Los vinos tintos jóvenes, se deben beber a 9 ºC, mientras que, tanto los vinos blancos jóvenes y secos, como los vinos rosados, deben ser consumidos a 10 ºC para alcanzar su máximo disfrute.

[/vc_column_text][vc_separator type=»transparent»][vc_column_text]

Seguimos subiendo de temperatura ideal, con el vino generoso, como el Jerez, el Manzanilla o el oloroso, que encuentran su idoneidad a 11 ºC. Por su parte, los vinos blancos fermentados en barrica, deberían consumirse a 12º C.

[/vc_column_text][vc_separator type=»transparent»][vc_column_text]

Por último, un vino tinto crianza alcanza su temperatura perfecta para el consumo a 15 ºC, mientras que los vinos tintos reserva y gran reserva, lo hacen a 17 ºC.

[/vc_column_text][vc_separator type=»transparent»][vc_separator type=»transparent»][vc_column_text]

Tal es la diferencia, que incluso llega a 10 ºC la diferencia, en el caso de vinos espumosos y vinos tintos reserva y gran reserva. Te dejamos una tabla muy visual, que nos han facilitado nuestros amigos de expogourmetmagazine.com, con las temperaturas ideales de cada tipo de vino.

[/vc_column_text][vc_separator type=»transparent»][vc_separator type=»transparent»][vc_separator type=»transparent»][vc_single_image image=»1435″ img_size=»large» alignment=»center» qode_css_animation=»»][vc_separator type=»transparent»][vc_separator type=»transparent»][vc_separator type=»transparent»][vc_separator type=»transparent»][vc_column_text]

¿Cómo enfriar o calentar el vino?

[/vc_column_text][vc_separator type=»transparent»][vc_separator type=»transparent»][vc_column_text]

La mejor y más rápida manera de enfriar un vino, es introducir la botella en un cubo con agua y hielos al 50%. Este modo, a parte de su rapidez y eficacia, es el que menos daña el vino. La segunda opción sería la nevera, aunque tardaría más tiempo en conseguir alcanzar las temperaturas ideales.

[/vc_column_text][vc_separator type=»transparent»][vc_separator type=»transparent»][vc_column_text]

Como cada vino necesita enfriarse más o menos, cada uno deberá estar un tiempo en la cubitera o en la nevera, para alcanzar dichas temperaturas, siempre teniendo en cuenta que el vino parte de una temperatura ambiente (del tiempo).

[/vc_column_text][vc_separator type=»transparent»][vc_separator type=»transparent»][vc_separator type=»transparent»][vc_single_image image=»1436″ img_size=»large» alignment=»center» qode_css_animation=»»][vc_separator type=»transparent»][vc_separator type=»transparent»][vc_separator type=»transparent»][vc_column_text]

Por otro lado, la mejor forma de aumentar la temperatura de un vino es dejarlo a temperatura ambiente, y dejar que por sí solo pierda frío. De esta manera no dañaremos el vino.

[/vc_column_text][vc_separator type=»transparent»][vc_separator type=»transparent»][vc_column_text]

En cualquier caso, debes de saber que jamás hay que caer en la tentación de meter el vino en un congelador para enfriarlo rápidamente, o acercarlo a un radiador para calentarlo. Estos cambios tan bruscos de temperatura, romperán las propiedades del vino, un producto mucho más delicado de lo que solemos creer.

[/vc_column_text][vc_separator type=»transparent»][vc_separator type=»transparent»][vc_separator type=»transparent»][vc_column_text]

El consumo de vino es un placer que se ha mantenido generación tras generación, y civilización tras civilización. Seguramente, las primeras civilizaciones no tuvieron el apoyo científico que tenemos hoy. Hoy, lo tenemos, lo que nos sirve para sacar el máximo partido a cada vino. Aprovechémoslo.

[/vc_column_text][vc_separator type=»transparent»][vc_separator type=»transparent»][vc_separator type=»transparent»][vc_separator type=»transparent»][vc_separator type=»transparent»][vc_column_text]Esperemos que estos consejos te sean útiles.[/vc_column_text][vc_separator type=»transparent»][vc_separator type=»transparent»][vc_separator type=»transparent»][vc_separator type=»transparent»][vc_separator type=»transparent»][vc_separator type=»transparent»][vc_separator type=»transparent»][vc_column_text]

Hasta la próxima!

[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]
Salir de la versión móvil