Puede que de primeras no escogieseis un cóctel que se traduce literalmente como testículos de mono, pero estamos convencidos que se si conocéis su historia e ingredientes cambiaríais de opinión. Con vosotros, el Monkey Gland.
Este cóctel es uno de los grandes clásicos, pese a no ser mundialmente tan reconocido como otros. Es cierto que, tal vez, su nombre no ha ayudado mucho a los menos intrépidos.
La historia de este trago comienza en Paris, a finales del siglo XIX. Allí, un cirujano ruso, el Dr. Serge Voronoff, afirma tener un método para conseguir una vida más larga y saludable, y un mayor apetito sexual: ¡transplantarse testículos de mono!
Aunque os suene una locura, la gente de la época no debió pensar los mismo. Creyendo las explicaciones que afirmaba el famoso doctor, donde explicaba la influencia de la testosterona en la longevidad y el apetito sexual, más de 50 hombres víctimas de la ignorancia, con mucho dinero y muchos años, aceptaron ser transplantados de testículos de mono, una gran fuente de testosterona.
Ninguno de ellos, como cabía de esperar, notaron algún beneficio de los prometidos.
Es así cuando, en el París de 1920, se crea a modo de sarcasmo y guasa un trago que decía ser el definitivo remedio para conseguir longevidad y potencia sexual, con el apropiado nombre de Monkey Gland.
No está tan claro quién es el padre y creador de este cóctel, pues hay dos maestros profesionales de la barra que se autoproclaman el creador del Monkey Gland.
El primero es Harry MacElhone, mítico propietario del legendario Harry’s New York Bar de París, y creador de otros muchos tragos famosos como el Sidecar o el White Lady, quien lo incluye como una creación propia en su libro Harry’s ABC of Mixing Cocktails.
El otro autoproclamado creador fue Frank Meier, reconocido barman del Hotel Ritz, también en París, quien aseguraba haberlo inventado en 1923. Esta teoría cuenta con el respaldo de una referencia escrita ese mismo año en el The Washington Post.
Sea como fuera, el Monkey Gland es un trago muy original, con un aroma y sabor exquisitos, servido siempre en copa muy fría.
Uno de sus ingredientes, la Absenta, se prohibió en muchos países, por lo que en algunas recetas lo sustituyeron por Benedictine, Pernod o anís.
Por otro lado, queremos aclarar que aunque la receta original tiene partes iguales de ginebra y zumo de naranja, nosotros preferimos darle un toque de protagonismo a la ginebra.
Veamos la receta al detalle.
El color final del cóctel dependerá mucho de las cantidades de los ingredientes utilizados, pudiendo variar de tonos más anaranjados a más rojizos.
– BA
Ingredientes
5 cl. de Ginebra
4 cl. de Zumo de naranja
2 gotas de Absenta
1 cucharadita de Granadina
Cáscara de naranja
Hielos
Equipamiento
1x Coctelera
1x Pelador
1x Cucharilla
1x Colador
1x Copa Cocktail helada
Cómo hacer
– En la copa previamente enfriada, echar las dos gotas de absenta para aromatizarla.
– Echar la ginebra, el zumo y la granadina en una coctelera.
– Añadir hielo y agitar correctamente durante unos 15 segundos.
– Colar la mezcla en la copa Cocktail helada y aromatizada.
– Para finalizar, pelar una cáscara de naranja en espiral, o al gusto, y servir en la parte superior de la copa.
Que lo disfrutéis.
Hasta la próxima!